Nuevamente los alpes serian anfitriones de la travesía del
2012, contando solo con una semana y recién inspirado en las montañas
“Dolomiti” opté por la parte oriental de esta formidable cordillera.. A pesar
de mi resentimiento (o luto?) a la bici que perdi, me pregunte si mi actual
bici “de ciudad” estaría a la altura, después de todo a simple vista no había
mucha diferencia y feliz de comprobar que esta podía hacer lo mismo que una tres
veces mas cara. Puse mi meta en atravesar Austria y llegar hasta Alemania y
ambiciosamente regresar. Al final fue distinto de cómo lo planee pero no por
eso dejo de ser una gran aventura.
El Timmelsjoch:
Después de un abundante desayuno con una familia de Merano
que me hospedaron por un dia, me desearon suerte y parti rumbo a las montañas,
la primera hora fue fácil, en una pista entre los campos donde mi bici, por
primera vez, conocería la grava y
tierra, a pesar de estar bien cargado parecía bastante todo Ok. El calorcito se
hacia notar, era medio dia y apenas habia alcanzado la base de la montaña. Paso
cerca de una hora y las cosas no pintaban muy bien, el calor era agobiante, sin
viento y con una humedad altísima empecé a notar una fatiga increíble “OK,ok,
estoy algo fuera de condición, llevo
mucha carga, es una bici distinta” me decía. Fue hasta que vi el termómetro de
mi velocímetro que marcaba 45.5C!
entonces inteligentemente me decidí a buscar sombra.
Descanse cerca de
una hora, eran apenas las 2 y no había recorrido tanto, no podía esperar mas así
que remonte, la batalla contra el Timmelsjoch apenas había empezado, yendo hacia el norte tendría el sol en la espalda todo
el dia, la temperatura no bajaría y el único viento que hacía era el que los
motociclistas que pasaban como bólidos con un estruendo que no hacia mas placentero
el viaje. Volví a pararme una, dos, tres
y mas veces más buscando sombra y refrescándome con agua y comiendo pan-nutella
y “granola”. Fue entonces cerca de las 6pm que me di cuenta de lo mucho que
faltaba cuando vi un cartel anunciando que el puerto cerraría a las 8pm. No sabía
bien cuanto faltaba, había perdido la cuenta, una carrera contra el tiempo había
iniciado.
Ni los Apeninos, el Bernina o el Fluela se acercaban a esos últimos
kilómetros, volteaba hacia arriba y podía ver claramente las “S” que no tenían
fin, no podía mas “engañarme” diciéndome que la próxima curva seria la ultima. En
una de esas, el conductor de un carro decencia, con una cara de aprobación asentía
con la cabeza y hacia como si aplaudiera, devolví el gesto con una sonrisa y con esa pequeña
“porra” avance otro tanto, mas no por mucho. Los últimos 3 kms fueron un
infierno. Pedaleaba 5 minutos y descansaba 5, andaba 4 y descansaba otros 5 y
así… tome un una última carga calórica de miel-nutella-pan y recurri a mi último
recurso, algo que siempre hago cuando
ando en la ciudad mas nunca en montaña: saque mi iPod seleccionando una mezcla
de Rock, punk, metal y house para darme un poco de motivación y ritmo. Los
siguientes dos kilómetros fueron arduos, tratando de concentrarme en la música para
no hacer caso al dolor de rodilla, nalgas y maldiciendo de vez en cuando. Fue
hasta que noté que empezaba a ver mas cielo que camino sinuoso, me encontraba
cerca, lo sentía y a pocos metros estaba un letrero que anunciaba el túnel paso
a 700 m, sabía que desde ahí seria casi plano y faltaría poco. La recta final, últimos
500m la pendiente disminuía . 300m , no tenía razón para incrementar la
velocidad pero inconscientemente lo estaba haciendo, 200m el corazón me explotaba, las piernas hervían.
100m… estoy cansado, agitado. 50m… Los dolores van desapareciendo y sin querer, lagrimas me brotaban de los ojos
mientras una alegría empezaba a surgir, 10m… Termine! Se acabo! El único testigo
fue una pareja estacionada que con una
sonrisa y el pulgar arriba eran mi comité de meta. Con el mismo vuelo atravesé
el túnel y un plano para por ultimo subir unos escasos metros hacia la cima, a
2509msnl había conquistado el Timmelsjoch. Después de 63kms, partiendo de 325m
y mas de 6 horas efectivas sobre la bici… Nunca he corrido un maratón (o medio)
ni un triatlón o carrera decente, pero en ese momento estaba seguro de saber
que se siente terminar uno de ellos. Mis respetos a todos los que han realizado
tal hazaña.
A pesar de lo recorrido, otros 20 kms tenia que hacer hasta Solden para llegar al primer camping, empezaba a oscurecer (de hecho pase la
barrera minutos antes de las 8) mientras bajaba note una mini van en una curva
y cerca de un arroyito, me acerque a preguntar si se sabia de un camping cerca
a 3 franceses que al ver mi situación me
invitaron a quedarme ahí ya que ellos también estaban acampando. Que mejor
final! Un chef francés me cocino salchichas ahumadas, pan, queso y vino
mientras que esa noche sin luna y lejos de la ciudad me permitió ver las
estrellas como nunca en mis 3 años en Europa… la mejor medalla de todas.
Ese sería mi primer día y me aventura había apenas
comenzado...
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